Crítica:

Si realmente os atrae esta trama podréis pasar por alto los muchos fallos que la misma tiene. Aunque no dudo del esfuerzo de los actores, pocos consiguen hacer del guión algo creíble. Sus exagerados movimientos y la inverosimilitud que hay en la pronunciación de las réplicas, hace que pierda la calidad del argumento (que en principio me pareció bueno).

Después de ver varios capítulos de la serie, esto no mejora. Yo no soy directora, pero no hace falta mucho conocimiento para darse cuenta que la actuación es bastante pésima para la cámara, (que no discuto que en un teatro quedaría perfecta). A estas alturas, con 117 capítulos, me pregunto cómo los directores han permitido que esto siguiera adelante.

Pero el problema no son solo la mayoría de actores, que algunos aun se pueden rescatar, si no que la dirección ha organizado la puesta en escena de forma completamente teatral. Cada actor está en su sitio, nunca de espaldas, en posición fotográfica, para que todos los actores se vean perfectamente bien... vaya, como debe ser en un teatro, el problema es que están delante de una cámara.

La banda sonora preciosa, ahora, hay que saber donde colocar cada pieza por favor! Nunca había visto unas composiciones tan mal colocadas dentro de las escenas. En los momentos más trágicos podemos encontrar la alegre música, el tema de la serie, y cuando más alegre no puede ser la escena colocan una composición digna de una escena de asesinato.

Ya terminando esta lista de reproches, el guión deja mucho que desear, si no es por la constante repetición de la misma frase dentro de la misma escena, es por lo inadecuado que es el texto en boca de un personaje de aquella época o incluso frases sin sentido alguno.

Doy las gracias a Candela Serrat, Pep Antón Muñoz y la magnifica Llum Barrera, que como ella no hay nadie, por darle un sentido a la serie.